Cómo prolongar la quema de madera en las estufas de leña

estufas-de-leñaEl ahorro energético es una de las premisas que hay que mantener en el hogar para conseguir una buena economía doméstica, algo que podemos conseguir con las estufas de leña durante las temporadas en las que el frío apriete más. Al contrario de lo que ocurre con la calefacción eléctrica esta clase de estufas pueden estar funcionando durante muchas horas o incluso el día entero y el coste no se acercaría ni a la mitad del gasto de la eléctrica, lo que es toda una ventaja para no desestabilizar la economía del hogar.

¿Cómo podemos tener la estufa funcionando todo el día?

Lo mismo que entre las estufas de leña podemos encontrar diferentes modelos, también podemos encontrar muchas clases de madera distintas. Es muy importante que busquemos una madera de combustión lenta, sobre todo aquella que sea más sólida, pero también es importante que la madera a quemar tiene que estar bien seca dado que si tiene humedad no tendrá una combustión correcta y provocará bastante humo.
Si contamos con la ventaja de tener árboles propios, debemos saber que para las estufas de leña hay que proporcionarle madera completamente seca y se debe cortar y almacenar al menos con un año de antelación antes de quemarse para evitar el molesto humo blanco.
Tendremos que cortar la madera con un tamaño ideal, aproximadamente unos 8 centímetros de largo, pero siempre que sea más corto que la propia cámara de combustión y esta medida responde a una cuestión bastante sencilla dado que las piezas de madera de este tamaño tienen una combustión mucho más eficiente.
Antes de poner a funcionar las estufas de leña hay que limpiarlas correctamente, quitando toda la ceniza que pueda haber almacenada de usos anteriores. Cuando esté limpia hay que encender una capa de leña acompañada de un poco de carbón para que las ascuas mantengan siempre la madera en combustión.
El siguiente paso es echar unos cuantos trozos de madera planos dentro del depósito, intentando orientarlos de cara a la toma de aire de la estufa, lo que hará que arda durante más tiempo. Cuando veamos que esta capa está quemando correctamente echaremos más capas de madera, hasta que haya una buena cantidad en a caja de fuego.
Por otro lado tendremos que mantener el control del aire abierto durante la primera media hora aproximadamente. Cuando la cámara de combustión esté totalmente llena de juego y los troncos hayan adquirido color negro por los bordes así como un rojo intenso, iremos reduciendo las entradas de aire poco a poco para conseguir que el fuego queme al nivel que deseemos.
La buena limpieza y una madera elegida correctamente, nos permitirá mantener el fuego durante mucho más tiempo. Además, podemos seguir el mismo principio que con las cocinas e vitrocerámica, aunque la leña se esté agotando, siempre quedarán ascuas, por tanto calor residual, con lo que seguiremos calentando la estancia sin emplear combustible, permitiéndonos ahorrar dinero, que es de lo que se trata cuando se busca mantener una habitación o incluso toda la casa a una buena temperatura, sobre todo en invierno.

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